15 Mas ni aún con esto quedó satisfecho Antíoco; sino que además cometió el arrojo de entrar en el Templo, lugar el más santo de toda la tierra, conducido por Menelao, traidor a la patria y a las leyes;
16 y tomando con sus sacrílegas manos los vasos consagrados, que otros reyes y ciudades habían puesto allí para ornamento y gloria de aquel lugar, los manoseaba de una manera indigna, y los profanaba.17 Así Antíoco, perdida toda la luz de su entendimiento, no veía que si Dios mostraba por un poco de tiempo su indignación contra los habitantes de la ciudad, era por causa de los pecados de ellos; y que por lo mismo había experimentado semejante profanación aquel lugar.
Fuentes:
Biblia Vulgata LatinaBiblia versión traducida por el Mons. Straubinger
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